METODOLOGÍA A LA HORA DE LA ENSEÑANZA DE LOS
FUNDAMENTOS INDIVIDUALES
Autor: Juan José Hernandez Liras
Para trabajar con sus jugadores, un entrenador debe
tener claro no sólo qué enseñara, sino también cómo lo enseñara.
El proceso metodológico usado en nuestra actividad constituye en la
mayoría de los casos el elemento clave para alcanzar el objetivo
propuesto.
Lo primero que debemos saber es que no todo puede ser
enseñado en cualquier momento. Debemos establecer una planificación
del trabajo a realizar en la que se establezca un orden de ejecución.
Este orden no sólo debe de estar marcado por la edad del jugador, sino
que también por su experiencia deportiva y su madurez física e
intelectual. Es un error considerar que a un jugador se le debe enseñar
una determinado fundamento sólo porque tenga una edad en concreto.
Una vez tenemos claro qué es lo que vamos a enseñar,
entra en juego el cómo enseñarlo. Cada entrenador puede escoger
distintos caminos (modo de enseñar) para llegar a un mismo objetivo
(adquisición de un determinado fundamento) y aquí entrar en juego un
sin fin de cosas. El baloncesto es un deporte de gran complejidad
técnica, y el niño debe acercarse a él de una forma estructurada. Lo
primero que debe hacer es entender desde una perspectiva global a
través del propio juego la utilidad de cada fundamento. Posteriormente
se trabajará el fundamento en pos de la consecución de su dominio
técnico. Luego deberá saber aplicarlo adecuadamente dentro del propio
contexto del juego, con lo que estamos añadiendo componentes tácticos
a la ejecución técnica.
Pero, ¿cuál es el camino para la consecución del
dominio técnico en un fundamento? Todo comienza con la explicación
detallada de aquello que se quiere trabajar. Pero con la teoría no es
suficiente, será necesario el modelado: el entrenador, actuando como
modelo, muestra al deportista el movimiento correcto que quiere que este
haga.
Posteriormente, llega el momento en el que es
deportista debe ponerse en acción. Para ello, el entrenador deber
diseñar unos ejercicios en los que se trabaje aquello que se le quiere
enseñar. Es importante que en el aprendizaje técnico fijemos una serie
de objetivos progresivos, de forma que el deportista pueda focalizar su
atención en un aspecto o aspectos concretos del movimiento que está
haciendo en vez de dispersar su atención en múltiples cosas. En estos
ejercicios se pueden trabajar simplificaciones del fundamento que se
quiere enseñar o el fundamento completo, pero centrándose en un
determinado aspecto. Es importante tener la paciencia suficiente para
saber que si estoy trabajando determinado objetivo, deberé pasar por
alto errores que no constituyen el propio objetivo o que no dificultan
su consecución. Cuando inundo al jugador con información, imposibilito
que este se centre en aquello que representaba el objetivo del
ejercicio. No se debe corregir varias cosas a la vez. Conforme se vayan
dominando determinados aspectos, irá siendo en momento de centrarse en
otros nuevos objetivos.
Es importante el variar los ejercicios destinados a la
consecución de un objetivo, con el fin de evitar la monotonía y
consiguiente pérdida de intensidad, concentración y motivación en el
jugador, pues hay que tener en cuenta que para dominar un determinado
aspecto técnico será necesario su repetición un alto número de
veces.
Además, primero debemos buscar la perfección del
movimiento a ritmo lento, sin buscar la velocidad en la ejecución y sin
oposición. Será bueno proporcionar feedback (informar al deportista
sobre la conducta que ha emitido). Eso, en el ámbito del aprendizaje de
los fundamentos individuales, se convierte en una estrategia crucial,
pues en su ausencia será difícil que el deportista sepa cual ha sido
el resultado de sus intentos y, por tanto, más probable que disminuya
su interés por el aprendizaje y su capacidad para centrar su atención
en aquello que se le está demandando que haga.
Cuando hayamos conseguido el dominio técnico a
velocidad reducida, será el momento de perseguir una mayor rapidez en
el mismo, todavía sin oposición.
Posteriormente deberá ser trabajado en situaciones
reales, a través de la oposición. Pero es importante darse cuenta de
que las circunstancias que rodean un entrenamiento no son las mismas que
las que rodean la propia competición. Muchas veces vemos como un
jugador que domina determinada habilidad durante el entrenamiento, es
incapaz de llevarla a la práctica en la competición. Esto es debido a
que la competición deportiva tiene sus propias características,
combinando condiciones estresantes y motivantes, lo cual suele afectar
al funcionamiento de los deportistas, llevándonos en muchos casos a un
rendimiento inferior al del entrenamiento (si bien hay casos en los que
el efecto es a la inversa). Por todo esto, será importante trabajar en
determinados momentos en el entrenamiento bajo situaciones estresantes
que nos acerquen a la competición e incluso, como la mejor simulación
de la competición es la propia competición, se puede usar esta como
una prolongación del entrenamiento y poner para un partido o para un
determinado momento del mismo, por ejemplo un cuarto, un objetivo de
realización concreto (e.g. efectuar cambios de dirección por entre las
piernas).
A la hora de llevar a cabo toda esta metodología es
bueno explotar los recursos de que dispones, y uno de ellos es el
entrenador ayudante. A veces resulta adecuado huir de estilos de trabajo
autocráticos (autoritarios) y usar modelos más delegatorios, lo cual
como en ocasiones por error pensamos, no significa perder el control. El
trabajo de los fundamentos individuales en grupos reducidas suele ser
fundamental, y es donde entra en juego la labor del ayudante, que bajo
las directrices marcadas por el primer entrenador o elaboradas en
conjunto puede realizar su trabajo por separado. Ya sabéis eso de que
cuatro ojos ven más que dos, y muchas veces, por ser demasiado
dominantes, dejamos al equipo tuerto.
Al trabajar los fundamentos hay que ser modesto pero
ambicioso: hay que centrarse sólo en un objetivo o dos, pero buscando
la perfección. Además debemos cuidar los detalles y no dejar nada a la
improvisación. No debes obviar que todo el mundo trabaja. No te
conformes con eso, busca la calidad en tu trabajo diario.
Continúa en Ideas enseñanza fundamentos
BIBLIOGRAFÍA
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Paidotribo. Barcelona 1996
COMAS, M. Baloncesto, más que un juego. Gymnos.
Madrid. 1991
MONDONI, M. Clinic de Navidad. Madrid. 2000
MONDONI, M. Artículos. Clinic
BUCETA, J.M. Psicología del entrenamiento deportivo.
Dykinson. Madrid. 1998
CRUZ, J. "Asesoramiento psicológico a
entrenadores". Barcelona. 1994
Juan José Hernández Liras es Entrenador Superior de
Baloncesto y profesor de la Escuela de Entrenadores de la Federación de
Baloncesto de Madrid.
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