Para trabajar con
sus jugadores, un entrenador debe tener claro no sólo qué enseñara,
sino también cómo lo enseñara. El proceso metodológico usado en
nuestra actividad constituye en la mayoría de los casos el elemento clave
para alcanzar el objetivo propuesto.
Lo primero que
debemos saber es que no todo puede ser enseñado en cualquier momento.
Debemos establecer una planificación del trabajo a realizar en la
que se establezca un orden de ejecución. Este orden no sólo debe de estar
marcado por la edad del jugador, sino que también por su
experiencia deportiva y su madurez física e intelectual. Es un
error considerar que a un jugador se le debe enseñar una determinado
fundamento sólo porque tenga una edad en concreto.
Una vez tenemos
claro qué es lo que vamos a enseñar, entra en juego el cómo enseñarlo.
Cada entrenador puede escoger distintos caminos (modo de enseñar) para
llegar a un mismo objetivo (adquisición de un determinado fundamento) y
aquí entrar en juego un sin fin de cosas. El baloncesto es un deporte de
gran complejidad técnica, y el niño debe acercarse a él de una forma
estructurada. Lo primero que debe hacer es entender desde una perspectiva
global a través del propio juego la utilidad de cada fundamento.
Posteriormente se trabajará el fundamento en pos de la consecución de su
dominio técnico. Luego deberá saber aplicarlo adecuadamente
dentro del propio contexto del juego, con lo que estamos añadiendo
componentes tácticos a la ejecución técnica.
Pero, ¿cuál es el
camino para la consecución del dominio técnico en un fundamento?
Todo comienza con la explicación detallada de aquello que se quiere
trabajar. Pero con la teoría no es suficiente, será necesario el
modelado: el entrenador, actuando como modelo, muestra al deportista
el movimiento correcto que quiere que este haga.
Posteriormente,
llega el momento en el que es deportista debe ponerse en acción. Para
ello, el entrenador deber diseñar unos ejercicios en los que se trabaje
aquello que se le quiere enseñar. Es importante que en el aprendizaje
técnico fijemos una serie de objetivos progresivos, de forma que el
deportista pueda focalizar su atención en un aspecto o aspectos
concretos del movimiento que está haciendo en vez de dispersar su atención
en múltiples cosas. En estos ejercicios se pueden trabajar
simplificaciones del fundamento que se quiere enseñar o el fundamento
completo, pero centrándose en un determinado aspecto. Es importante tener
la paciencia suficiente para saber que si estoy trabajando determinado
objetivo, deberé pasar por alto errores que no constituyen el propio
objetivo o que no dificultan su consecución. Cuando inundo al jugador con
información, imposibilito que este se centre en aquello que representaba
el objetivo del ejercicio. No se debe corregir varias cosas a la vez.
Conforme se vayan dominando determinados aspectos, irá siendo en momento
de centrarse en otros nuevos objetivos.
Es importante el
variar los ejercicios destinados a la consecución de un objetivo,
con el fin de evitar la monotonía y consiguiente pérdida de intensidad,
concentración y motivación en el jugador, pues hay que tener en cuenta que
para dominar un determinado aspecto técnico será necesario su repetición
un alto número de veces.
Además, primero
debemos buscar la perfección del movimiento a ritmo lento, sin buscar la
velocidad en la ejecución y sin oposición. Será bueno proporcionar
feedback (informar al deportista sobre la conducta que ha emitido). Eso,
en el ámbito del aprendizaje de los fundamentos individuales, se convierte
en una estrategia crucial, pues en su ausencia será difícil que el
deportista sepa cual ha sido el resultado de sus intentos y, por tanto,
más probable que disminuya su interés por el aprendizaje y su capacidad
para centrar su atención en aquello que se le está demandando que haga.
Cuando hayamos
conseguido el dominio técnico a velocidad reducida, será el momento
de perseguir una mayor rapidez en el mismo, todavía sin oposición.
Posteriormente
deberá ser trabajado en situaciones reales, a través de la oposición.
Pero es importante darse cuenta de que las circunstancias que rodean un
entrenamiento no son las mismas que las que rodean la propia competición.
Muchas veces vemos como un jugador que domina determinada habilidad
durante el entrenamiento, es incapaz de llevarla a la práctica en la
competición. Esto es debido a que la competición deportiva tiene sus
propias características, combinando condiciones estresantes y motivantes,
lo cual suele afectar al funcionamiento de los deportistas, llevándonos en
muchos casos a un rendimiento inferior al del entrenamiento (si bien hay
casos en los que el efecto es a la inversa). Por todo esto, será
importante trabajar en determinados momentos en el entrenamiento bajo
situaciones estresantes que nos acerquen a la competición e incluso, como
la mejor simulación de la competición es la propia competición, se
puede usar esta como una prolongación del entrenamiento y poner para un
partido o para un determinado momento del mismo, por ejemplo un cuarto,
un objetivo de realización concreto (por ejemplo, efectuar cambios de
dirección por entre las piernas).
A la hora de
llevar a cabo toda esta metodología es bueno explotar los recursos de que
dispones, y uno de ellos es el entrenador ayudante. A veces resulta
adecuado huir de estilos de trabajo autocráticos (autoritarios) y usar
modelos más delegatorios, lo cual como en ocasiones por error pensamos, no
significa perder el control. El trabajo de los fundamentos individuales en
grupos reducidas suele ser fundamental, y es donde entra en juego la labor
del ayudante, que bajo las directrices marcadas por el primer entrenador o
elaboradas en conjunto puede realizar su trabajo por separado. Ya sabéis
eso de que cuatro ojos ven más que dos, y muchas veces, por ser demasiado
dominantes, dejamos al equipo tuerto.
Al trabajar los
fundamentos hay que ser modesto pero ambicioso: hay que centrarse sólo en
un objetivo o dos, pero buscando la perfección. Además debemos cuidar los
detalles y no dejar nada a la improvisación. No debes obviar que todo el
mundo trabaja. No te conformes con eso, busca la calidad en tu
trabajo diario.
BIBLIOGRAFÍA
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1250 ejercicios y juegos en baloncesto. Paidotribo. Barcelona 1996
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BUCETA, J.M.
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Modificado Diciembre 2004 |